El cultivo se concentra en los cerros
Aunque en un comienzo ocupaban los valles y planicies, debido a la urgencia por espacios amplios para que crezcan los paltos, y a que “en años pasados el precio de los terrenos en cerros era muy bajo, la producción de este fruto se concentró ahí”, indicó el director del Departamento de Producción Agrícola de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Thomas Fichet. Por ello, la especialización en este cultivo también se dio dichos terrenos, que además debían estar en zonas más protegidas ante las “heladas” matinales.
Es un fruto de difícil polinización
A diferencia de los frutos cítricos “la flor del palto no es atractiva para las abejas, y eso dificulta el proceso de polinización, por lo que lo que muchos productores han hecho es rodear a los paltos con otras especies más apetecidas por ellas como el romero o los nísperos”, señaló el académico.
El palto demanda mucha agua y energía
Entre 7 y 13 mil metros cúbicos de agua por hectárea al año. Esa es la cantidad de recursos acuíferos necesarios para producir paltos, lo que es mucho más que, por ejemplo, los naranjos, que cifran su necesidad de riego en unos 5 mil metros cúbicos ha/año, como máximo. “Cosas como la ocurrida en Petorca dejan en claro una falta de supervisión”, acotó Fichet. Además, como el cultivo se concentra en los cerros, el agua para el regadío muchas veces debe ser transportada hacia la parte superior, y esto consume energía que, para un cerro donde el regadío parte a 400 metros de altura, se puede cifrar en unos US$ 4 mil por hectárea por año.
Chile, vicecampeón en el consumo mundial de palta
Nuestro país es el segundo en el mundo que más palta consume, con cifras que pueden fluctuar dependiendo de la medición entre los 7 y 8 kilos anuales per cápita en promedio, en tanto que México supera a Chile con más de 11 kilos consumidos en promedio por persona al año. De hecho, en nuestro país se consume tanta palta, que este es el único producto agrícola, cuya cantidad es muy similar entre cuánto se consume y cuánto se exporta.
El mundo ahora ama a la palta
Aunque México, Chile y Costa Rica son los países con mayor consumo de palta, paulatinamente la demanda ha crecido desde Estados Unidos, Europa, medio oriente y, en especial, un mercado tan apetecido como el chino. Llamativo es el indicador de que el consumo per cápita en el viejo continente supera el kilo anual, que Holanda sea el segundo mayor importador de este fruto en el planeta, o que en EE.UU. se haya sextuplicado el consumo en los últimos 27 años, llegando a los 3 kilos per cápita anual en 2017.
La calidad de la palta es igual aquí y en el mundo
Muchas veces se hace la asociación de que el producto que se queda en Chile es mejor que el exportado, pero Thomas Fichet indicó que el 90 por ciento de la palta que se comercializa en Chile es de la variedad Hass, lo que podría darse porque el mercado interno es tan competitivo, aunque existen excepciones, que la palta que se vende en Chile, en sus múltiples variedades, tiene un estándar de calidad alto, porque es un mercado de volúmenes grandes que ningún productor quiere perder.
Mayo, el mes más caro
Aunque han existido episodios donde el precio de la palta ha sido particularmente alto, el director del Departamento de Producción Agrícola de la Facultad de Ciencias Agronómicas aseguró que “en nuestro país, el alza en sus precios es completamente asociado a la oferta y la demanda, porque consumimos mucha palta, y eso explica por qué muchas veces el comercio pone precios más prohibitivos, en especial en mayo, donde la producción nacional baja”. Los supermercados, con su método de distribución de frutas, son menos dinámicos en la baja de los precios de productos como la palta, explicó Fichet, quien advirtió que “es en la palta donde se ven las mayores diferencias entre los precios de supermercados y de la feria”, lo que además se explica por lo que se le paga a los productores de paltos, quienes reciben, aproximadamente, la mitad de lo que cuesta la palta en el supermercado.
La palta reemplazó al chirimoyo
Una curiosidad es que, debido a lo rentable del cultivo de la palta, la producción de chirimoyas bajó dramáticamente en nuestro país, porque este último fruto costaba el triple para producirse, y las condiciones eran muy similares, por lo que la gran mayoría de los agricultores cambió de fruto. Sólo quedan chirimoyos chilenos en La Serena y sectores de la Región de Coquimbo, pero el resto del consumo chileno es solventado por importaciones desde el Perú.
La palta chilena ya no alcanza para todo el año
En mayo culmina la disponibilidad de palta chilena, porque aún no está listo el fruto para ser cultivado, por lo que en junio y julio el mercado debe ser solventado mediante la importación. El principal proveedor en estos meses es Perú, que se ha consolidado como el segundo exportador de este fruto en el mundo, pese a no superar la producción chilena, que totaliza 220 mil toneladas anuales, principalmente porque casi la mitad de éstas se van al mercado interno. En 2013 se firmó un acuerdo que permite la exportación mutua entre Perú y Chile, y tras ello han aumentado las exportaciones a nuestro país.
Las heladas son mortales
Un dato importante es que el palto, detalló Fichet, “es una especie que presenta alternancia productiva, o sea que muchas veces hay un traslape entre flor y fruto” por lo que cuando existe una helada, ésta no sólo afecta el cultivo de ese año, sino que además de la pérdida del fruto, también se lamenta la de la flor del palto para su cultivo en la temporada siguiente. “O sea, con una helada, caen dos producciones”, puntualiza el académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas.
Era el reemplazo de la mantequilla
Una de las razones que pueden explicar su popularidad era que, en tiempos donde la refrigeración era un privilegio de ricos, “la palta resultaba ser un buen reemplazo para la mantequilla, por sus propiedades aceitosas, y eso la hizo muy popular para acompañar al pan, otro producto muy apetecido y que también tiene a Chile como parte de los países más consumidores en el mundo”.