Conversamos con nuestros amigos de Ojo en Tinta y nos recomendaron 9 lugares que todo amante de los libros debe conocer en Santiago. Acá la lista.
Si te gusta el arte, la cultura y, sobre todo, los libros, de seguro que conoces Ojo en Tinta. Es la plataforma multimedia que en 2011 crearon tres fanáticos de la lectura: Patricio Contreras, Pablo Espinosa y Nicolás Rojas.
Además de una entretenida web (click acá para visitarla), tiene un programa de TV que lleva tres temporadas al aire, la última emitida por la señal digital del canal UCV3. De hecho, puedes ver todos los capítulos en su canal de YouTube.
Hablamos con ellos y nos recomendaron 9 lugares que todo fanático de los libros tiene que conocer en Santiago, acá el listado.
1. Biblioteca de Santiago
(Foto por )
Ir a la Biblioteca de Santiago es un panorama familiar porque hay secciones para todas las edades: desde una guaguateca, pasando por un colorido y entretenido salón infantil, hasta una sala para adultos mayores.
Hacerse socio es gratis y permite acceder a miles de libros. Estés donde estés, te recomendamos visitar la biblioteca pública más cercana.
Biblioteca de Santiago
2. Libros Lamur
Don Héctor Lamur acumula cientos de libros usados en una bodega del barrio Italia. Todos los días saca una selección distinta de títulos, que pone sobre un mesón y vende a alrededor de $5.000.
Se pueden encontrar antiguas ediciones de libros de autores como Joaquín Edwards Bello, Manuel Rojas y Daniel de la Vega. Se termina la búsqueda con las manos sucias, pero con la satisfacción de un buen botín.
Libros Lamur
3. El Galpón 1 del Persa Biobío
Hay un lugar que concentra a algunos de los mejores libreros del Persa Biobío: el Galpón 1, en la calle Víctor Manuel.
Entre puestos de antigüedades, se pueden encontrar libros usados de poesía, historia y literatura. Los precios son buenos y siempre conversables.
Hay en este galpón, además, puestos dedicados exclusivamente a las revistas. Desde $1.000 se pueden comprar revistas extintas como Rock & Pop y Fibra.
Un dato imprescindible para lectores nostálgicos.
Persa Víctor Manuel
4. Club Bolonia (Italia 2004)
(Foto por @liberalia_ediciones)
En el Club Bolonia convive un café con dos librería dedicadas exclusivamente a la literatura para niños y jóvenes: Baobab y Ekaré.
Las personas a cargo son muy amables y ayudan con gusto a los visitantes a encontrar el libro perfecto.
Vale la pena conocerlas sin importar la edad que se tenga.
5. Librería Lolita
Nada se compara a la librería atendida por su propio dueño. Y si ese dueño es el escritor Francisco Mouat, tanto mejor.
En Librería Lolita las novedades editoriales se combinan con la crónica futbolera y la literatura infantil.
Y algunos textos, como los de la poeta polaca Wisława Szymborska, vienen con un sello de recomendación del local. El cariño se nota y se refleja en su lema: “No podemos vivir sin libros”.
Librería Lolita
6. Libros de ocasión
Don Héctor Muñoz Tortosa debe ser el librero más antiguo de Chile: empezó en el oficio en 1949 y hace cuatro décadas está instalado en calle San Diego con un galpón de estanterías interminables y polvorientas.
Acá, dicen quienes atienden, se respira un espíritu allendista: los libros pueden costar menos que una cajetilla de cigarros, a la Quimantú.
Y para los melómanos también hay vinilos.
Libros de Ocasión
7. Librería Chilena y El Cid Campeador
En la tercera temporada de Ojo en Tinta recorrimos tres librerías particulares: la recientemente cerrada Proa; la Chilena, que destaca por sus más de 100 años de historia y sus libros a muy buenos precios, y El Cid Campeador, un local tradicional de libros antiguos (en el que es posible encontrar libros dedicados con tinta verde por Pablo Neruda).
El Cid Campeador
8. Librería Proyección
En el centro de Santiago se encuentra Proyección, una librería que también funciona como centro cultural y social, que acoge a distintos colectivos de derechos humanos y feminismo.
Librería Proyección
9. El Nobel de Gabriela Mistral
Además de albergar una impresionante colección de arte colonial, el Museo Colonial de San Francisco custodia la medalla y pergamino del Premio Nobel recibido por Gabriela Mistral en 1945. Un lugar hermoso ubicado en pleno centro de la ciudad.