Arqueólogos descubrieron en Marruecos restos en excelente estado de conservación correspondientes a al menos cinco individuos. Si bien su rostro es similar al de los humanos actuales, su cráneo es distinto.
El homo sapiens, nuestra especie, no data de 200 mil años como se creía hasta ahora sino de 300 mil, según los restos hallados en Marruecos de unos individuos extremadamente parecidos al hombre actual.
“El descubrimiento representa el origen de nuestra especie. Se trata del homo sapiens más viejo jamás hallado en África y en cualquier otro lugar”, afirmó Jean-Jacques Hublin, coautor de la investigación y director del departamento de Evolución Humana del Instituto Max Planck de Leipzig, en Alemania.
El “nido de restos humanos”, fue hallado en excelente estado de conservación durante unas excavaciones iniciadas en 2004 en el sitio de Jbel Irhoud, en el noroeste de Marruecos, y contenía los restos de al menos cinco individuos: tres adultos, un adolescente y un niño.
Los investigadores descubrieron que “la cara de uno de estos primeros homo sapiens es la de cualquiera con el que podríamos cruzarnos en el metro”, afirmó Hublin, cuya investigación fue publicada este miércoles en la revista Nature junto a otro estudio que apunta en la misma dirección.
Aún así, su cráneo, es muy distinto al del hombre actual. “Aún hay una larga evolución por delante antes de llegar a una morfología moderna”, precisó Hublin.
La datación de estos restos fue obtenida por Daniel Richter, experto del Instituto de Leipzig, a través de la termoluminiscencia, una técnica muy común utilizada desde los años 1980, y que se conoce como una emisión de luz, independiente de la provocada por la incandescencia, que emite un sólido aislante o semiconductor cuando es calentado. Es la emisión de una energía previamente absorbida como resultado de un estímulo térmico. Esta propiedad, presente en varios minerales, es utilizada como técnica de datación absoluta.
El equipo de arqueólogos halló además en ese lugar, situado a unos 400 km al sur de Rabat, restos como una mandíbula, “probablemente la más bella de un homo sapiens jamás hallada en África”, de acuerdo a los científicos.
Así, los hombres de Jebel Irhoud destronan así a Omo I y Omo II, descubiertos en Omo Kibish (Etiopía) y datados de unos 195.000 años.
También en Etiopía se habían hallado tres cráneos fosilizados datados de unos 160.000 años.
Coexistencia con otras especies
Estos descubrimientos realizados en la misma región habían hecho pensar que el hombre actual descendía de una población localizada en África del Este. Una teoría que con el hallazgo de Jebel Irhoud queda completamente cuestionada.
Además, los utensilios hallados en ese lugar junto a nuestros ancestros -esencialmente picos-, son típicos de lo que se conoce como la Middle Stone Age, caracterizado por la aparición de los humanos anatómica y culturalmente modernos.
“Ya se habían hallado este tipo de objetos, igualmente datados de 300.000 años, en varias partes de África, pero no se sabía quién había podido fabricarlos”, explicó Daniel Richter.
Ahora, los investigadores estiman que se puede asociar la presencia de los utensilios del Middle Stone Age a la del homo sapiens.
“Seguramente, antes de 300.000, antes de Jebel Irhoud, se produjo una dispersión de ancestros de nuestra especie en el conjunto del continente africano”, dijo Hublin. “El conjunto de África participó en ese proceso”.
Homo sapiens arcaicos, homo erectus, neandertales, etc. podrían haber coexistido no solo en regiones lejanas sino seguramente también en zonas cercanas.
“Por lo tanto, durante mucho tiempo hubo varias especies de hombres en el mundo, que se cruzaron, cohabitaron, intercambiaron genes…”, explicó el paleontropólogo Antoine Balzeau, que no participó en el hallazgo de Marruecos.
“Nos alejamos cada vez más de esta visión lineal de la evolución humana como una sucesión de especies”, coincidió Hublin.
La supervivencia como fruto del azar
Por otra parte, Balzeau advirtió contra la tendencia de creer que el homo sapiens sobrevivió al resto de las especies por ser superior. “Durante mucho tiempo, exageramos las características del homo sapiens, sobre todo las capacidades de nuestro cerebro”.
Sin embargo, estudios recientes mostraron que “no había grandes diferencias en términos de valor, comportamiento o complejidad entre el homo sapiens y el neandertal”. “Es frustrante, pero no sabemos por qué seguimos existiendo y los otros desaparecieron. Creemos a menudo que somos un logro evolutivo, pero se debe también al factor suerte que sigamos aquí!”.