Declaración por situación del presupuesto para la Ciencia y Tecnología en Chile
La Mesa del Senado Universitario, órgano superior colegiado y triestamental, representativo de la comunidad universitaria, expresa su profunda preocupación por los recursos que —de acuerdo con la información disponible— destinaría la Ley de Presupuestos 2018 a la investigación científica y tecnológica en Chile. Autoridades políticas y académicas han afirmado que estos se reducirían en un 2,2% y se ha planteado que dicha reducción afectaría al concurso Fondecyt regular, orientado a la investigación que se desarrolla fundamentalmente en las universidades.
Más allá de la eventual reducción, o incluso la mantención, del presupuesto para ciencia y tecnología en Chile, el hecho es que nuestro país desde hace años destina una escasa cantidad de su producto interno bruto (PIB) a este ámbito, lo que no se condice con la preocupación que manifiestan en la materia las más altas autoridades ni la conciencia que existe sobre su relevancia en la opinión pública informada. En efecto, mientras Chile destina menos del 0,4% del PIB a la actividad científica, los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tienen un gasto que promedia el 2,5%. Muy lejos de países como Corea o Israel, que destinan más del 4% a este campo, nos situamos, según datos del Banco Mundial (2014), por debajo incluso del promedio de América latina y el Caribe.
Existe un amplio consenso sobre la relación que existe entre la investigación científica y el desarrollo social, cultural y económico de las naciones y el bienestar de las personas. A pesar del relativamente escaso y desigual apoyo económico, Chile ha desarrollado líneas y grupos de investigación en campos como las ciencias naturales y aplicadas, las matemáticas, las humanidades y las ciencias sociales, que aportan conocimiento y nos ayudan a comprender e interpretar nuestra realidad. La disminución de los fondos destinados a investigación afectaría la continuidad de líneas, el trabajo en laboratorios, bibliotecas y de campo, y el desarrollo profesional de investigadores y equipos altamente especializados. Perjudicaría también la formación universitaria de pregrado y, particularmente, de posgrado, estrechamente vinculada con la investigación. Considerando solo el progresivo aumento de científicos en el país, incluso un incremento no significativo del presupuesto para investigación puede ser insuficiente para las necesidades actuales y las que se proyectan en el futuro inmediato.
Recientemente, en respuesta a un diagnóstico generalizado en el país, se ha propuesto una nueva institucionalidad para la ciencia, la tecnología y la innovación, que actualmente examina el Poder Legislativo. Independientemente de las diferencias que pueda haber en la estructura, el alcance y los fines de dicha institucionalidad —que suscitan discusión entre quienes investigan en los distintos campos del saber—, es predecible que, sin un sostenido incremento en el gasto en investigación en todas las áreas, tanto el desarrollo de las distintas ciencias y las tecnologías como el mejoramiento de la calidad de la educación superior, que persiguen otros proyectos de ley, fracase.
Considerando lo expuesto, pensamos que la reducción, mantención o aun el aumento marginal de los fondos destinados a la investigación en Chile atenta en contra de los intereses del país y las metas de desarrollo que nuestras propias autoridades han planteado. Concuerda, en consecuencia, con la propuesta de la Academia Chilena de Ciencias, en el sentido de incrementar progresivamente el gasto hasta alcanzar en cuatro años el 1% del PIB. Solicita al Gobierno que la Ley de Presupuestos 2018 responda a este fin.
Junto con estimar que el aumento del gasto es condición para el desarrollo, estimamos que también es imprescindible discutir los actuales mecanismos de asignación de recursos para la investigación, teniendo en cuenta las necesidades del país en todas sus dimensiones. Para ello es necesario articular de mejor forma el Estado y las universidades, promoviendo la colaboración, el compromiso institucional y proyectos de largo plazo en temas de interés nacional. El desarrollo armónico de la nación supone también considerar el aporte tanto de las ciencias naturales, exactas y aplicadas, foco del actual proyecto de Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, como el de las ciencias sociales y las humanidades, sin cuyo concurso no podremos comprender y abordar los problemas culturales, sociales y políticos de una sociedad en rápida transformación.
Guillermo Soto Vergara Vicepresidente del Senado Universitario de la Universidad de Chile |
Claudio Olea Azar Secretario del Senado Universitario de la Universidad de Chile
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