El hallazgo –recientemente publicado por Nature, la revista científica más importante del planeta- fue desarrollado por un grupo de investigadores internacionales, donde destaca la participación de los chilenos Francisco Altamirano, Sergio Lavandero y Elisa Villalobos, pertenecientes al Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS) y la Universidad de Chile
La insuficiencia cardiaca es la etapa terminal de varias enfermedades cardiovasculares muy frecuentes en nuestra población, entre ellas la hipertensión arterial y el infarto del miocardio. Es considerada por los especialistas como una epidemia emergente, debido a su creciente prevalencia y los altos costos que demanda para los sistemas de salud.
En la actualidad, la coexistencia de varios factores de riesgo cardiovascular – obesidad, diabetes mellitus, alto colesterol, sedentarismo, tabaquismo e hipertensión arterial – que caracteriza a la sociedad actual, han generado la aparición de una nueva patología cardiovascular conocida como insuficiencia cardiaca con función sistólica preservada. Esta nueva forma de insuficiencia impide que el corazón se relaje adecuadamente, afectando a casi la mitad de los pacientes con insuficiencia cardiaca, tanto en Chile como en los países con mayor nivel de desarrollo. Hasta la fecha no se conocen los mecanismos que la generan ni terapias efectivas para su mitigación.
Un grupo de científicos de la división de Cardiología de la Universidad de Texas Southwestern Medical Center, EE.UU y del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), integrado por los cardiólogos Gabriele Schiattarella, Joseph A. Hill y los chilenos Francisco Altamirano, Elisa Villalobos y Sergio Lavandero trabajaron por más de siete años para descubrir cómo enfrentar esta nueva patología, utilizando un nuevo modelo animal que imita fielmente lo que ocurre en el ser humano.
Sus investigaciones, difundidas en el artículo publicado en Nature, titulado “Nitrosative stress drives heart failure with preserved ejection fraction”, describe que el aumento del óxido nítrico genera daño cardiaco al alterar el funcionamiento de las proteínas IRE1α y XBP1s, encargadas de proteger al corazón.
Desarrollo de la ciencia en ACCDiS
El descubrimiento del mecanismo descrito es, en palabras de Altamirano, “un logro gigantesco que permitirá generar futuras terapias para esta nueva patología”, resaltando el gran nivel de preparación de las nuevas generaciones de científicos formados por los centros de excelencia chilenos.
Al respecto, el primer autor del estudio, Gabriele Schiattarella, señaló que “gracias a la productiva colaboración entre ACCDiS y la división de Cardiología de la UT Southwestern Medical Center tuve el privilegio de interactuar con Francisco Altamirano, Elisa Villalobos y Sergio Lavandero, lo que generó un grato ambiente de colaboración a lo largo de este proyecto. Altamirano fue clave al aportar un profundo conocimiento bioquímico. Villalobos realizó experimentos fundamentales y Lavandero me orientó en el diseño y la realización de estas investigaciones. En resumen, esta publicación en Nature no podría haber ocurrido sin la contribución de este grupo de científicos chilenos”.
En tanto, el director del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), profesor de las Facultades de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y Medicina de la Universidad de Chile y autor de este estudio, Sergio Lavandero, destacó que “esta nueva forma de insuficiencia cardiaca es un tema estratégico para ACCDiS, dado que debemos estar en plena sintonía con los desafíos presentas y futuros del área cardiovascular”.
También destaca que todas estas investigaciones son posibles gracias a la estrecha colaboración entre las dos universidades líderes del país: Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile y el apoyo del programa de centros de excelencia en Áreas Prioritarias Fondap de Conicyt. Lavandero destaca la necesidad de seguir invirtiendo en ciencia para el país alcance un nuevo nivel de desarrollo.
Fuente: Nature