Después de que un espermatozoide humano y un óvulo se unen, un nuevo embrión pasa sus primeras semanas luciendo en mal estado. No hay una parte superior o inferior obvia, y no está claro qué células darán lugar a qué partes del cuerpo. Después de aproximadamente 14 días, el embrión se alarga y forma capas, revelando un plan aproximado para el cuerpo. Pero esta transformación dramática, llamada gastrulación, nunca se ha observado directamente en los embriones humanos: hacerlos crecer hasta esta etapa en un laboratorio es técnicamente difícil y éticamente complicado. Ahora, los investigadores han creado estructuras a partir de células madre humanas que imitan algunas características de los embriones después de la gastrulación, un avance que podría revelar cómo las mutaciones genéticas y las exposiciones químicas pueden provocar abortos espontáneos y defectos de nacimiento.