Señor director:
En los últimos meses han sido frecuentes las demostraciones de descontento de los científicos frente al edificio de Conicyt y al palacio de Gobierno. ¿Qué está sucediendo?
Por una parte, los problemas se centran en la ausencia de una institucionalidad para el diseño de las políticas de desarrollo científico-tecnológico nacional y su respectivo financiamiento. Por otra, está la incapacidad de Conicyt de atender a los beneficiarios de becas y proyectos de investigación: cada vez son más las exigencias y papeleos, imposibles de manejar con la actual dotación de personal.
Son varios meses los necesarios para certificar el cumplimiento de nuestras obligaciones como investigadores, y no se puede iniciar un proyecto de investigación o una beca de estudios si uno no demuestra que cumplió las obligaciones anteriores contraídas con Conicyt.
Cientos de proyectos de investigación (y de vida) están detenidos y en riesgo de fracasar. ¿Somos culpables hasta que no demostremos lo contrario? Resultados atrasados de concursos, renovaciones de becas y de proyectos de investigación tienen desesperados a los investigadores.
Lamentablemente, uno piensa que la mejor persona que podamos encontrar, como es el caso del nuevo presidente Mario Hamuy, no será capaz de arreglar su funcionamiento.
Esto parece ser el final del final para Conicyt: disminución del número de proyectos financiados y de investigadores jóvenes en formación; un Consejo Asesor Presidencial incompleto con reglamentos obsoletos (con más de 40 años de antigüedad) y un Consejo de la Sociedad Civil que no se reúne desde noviembre del 2014.
Tomará años lograr la anunciada nueva institucionalidad y tendremos que seguir trabajando con lo que ahora tenemos: Conicyt es parte del actual sistema y sin duda formará parte del nuevo. Es un callejón sin salida y no vemos una preocupación del Mineduc, donde está anclada esta comisión, por resolver estos problemas.
Jorge Babul
Consejo de Sociedades Científicas
@ConsejoSocs
@JorgeBabul
Fuente: La Tercera