La presidenta chilena, Michelle Bachelet, envió al Congreso el pasado 16 de enero un proyecto de ley para crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología, una institución que la comunidad científica demandaba desde hace varios años. Entre quienes llegaron para participar en la actividad en el palacio de La Moneda, sede presidencial, estaba Andrea Obaid, periodista y magíster en Comunicación Científica la Universidad Pompeu Fabra, que a finales de 2016 publicó el libro Tecnociencia: 30 rutas de turismo científico en Chile. El recorrido que presenta incluye destinos como el observatorio Cerro Tololo, ubicado 478 kilómetros al norte de Santiago y otros menos conocidos como una serie de pinturas rupestres encontradas en la Patagonia.
La autora describe el turismo científico como “algo novedoso a nivel mundial. Busca generar más exploradores que simples turistas”. Cada descripción del libro está en castellano e inglés y cuenta con información sobre operadores turísticos e imágenes en color. Los lugares están clasificados según las categorías: arqueología, astronomía, ecología, geología, vulcanología y paleontología. Con un territorio de casi 5.000 kilómetros de norte a sur y una formación geológica que incluye distintos tipos de relieve, para Obaid en “Chile hay una riqueza enorme para potenciar el turismo científico. Es un país arqueológico, paleontológico y vulcanológico, somos un país lleno de volcanes —por el cinturón de fuego del pacífico—, pero se conoce muy poco la historia de cada uno”.