Por Eduardo Kessi
Andrés Ignacio Bustamante Gatica es iquiqueño hasta los huesos. Hizo sus estudios de enseñanza media en el Liceo Academia Iquique del cual recuerda con especial cariño a sus profesores de Química y Biología (Reynaldo García y Enrique Muñoz respectivamente). Luego migró a Santiago para estudiar la carrera de Bioquímica en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile donde obtuvo su título profesional y el grado de Magister en Bioquímica. Posteriormente obtuvo el Grado de Doctor en Ciencias, con mención en Biología Celular Molecular y Neurociencia en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Durante su enseñanza media Andrés mostró gran interés por la Química y la Biología y mucha curiosidad por saber cómo se generaba el conocimiento científico. Eso lo llevó a investigar sobre carreras con orientación científica y se decidió por Bioquímica. En sus palabras “durante el desarrollo de la carrera emergió la posibilidad de hacer un Magíster con enlace a pregrado. Finalmente, al terminar la carrera tenía claro que quería seguir una carrera académica para aportar en la generación de conocimiento. Por ello, decidí continuar con estudios de Doctorado”.
Andrés reconoce el aporte que hicieron a su formación los Drs. Mauricio Báez y Jorge Babul. En efecto, “durante mi tesis de Magíster trabajé con el Dr. Mauricio Báez. Para la tesis de doctorado volví a trabajar bajo la dirección del Dr. Báez con la co-tutela del Dr. Jorge Babul. Durante el pre-grado/Magíster me interesó mucho el problema del plegamiento de las proteínas. El Dr. Baez estaba comenzando su línea de investigación estudiando proteínas con propiedades topológicas interesantes – nudos – que constituían un modelo ideal para ser estudiadas mediante pinzas ópticas. Como se trataba de un tema de vanguardia, quise ser parte de la implementación de este tipo de estudios en el país. Luego, para la tesis de Doctorado decidí profundizar estos estudios caracterizando el efecto de topologías no triviales – nudos y oligomerización por intercambio de dominios (domain swapping, que era estudiado por el grupo del Dr. Jorge Babul) – sobre la cinética del plegamiento de las proteínas. Ya que las pinzas ópticas permiten la manipulación del estado desplegado de las proteínas, me pareció una buena manera de poder responder algunas preguntas básicas sobre estos procesos”.
Actualmente el Dr. Andrés Bustamante se encuentra iniciando una línea de investigación en mecano-química de polimerasas virales de ácidos nucleicos a nivel de moléculas individuales. “durante el pregrado y Doctorado descubrí la biofísica de moléculas Individuales, realizando estudios de perturbación mecánica y plegamiento de proteínas usando pinzas ópticas. Me pareció que es una forma muy interesante de hacer preguntas generales sobre mecanismos universales de que operan en el mundo vivo. Las fuerzas son un factor importante en las actividades celulares y generalmente son pasadas por alto. En el caso de mi investigación, las polimerasas de ácidos nucleicos (y otras similares) requieren ejercer una fuerza para translocar sus sustratos y así cumplir su función. De este modo, la generación y aplicación de fuerzas es un mecanismo central en actividades fundamentales para el mundo vivo y han sido poco exploradas. El uso de técnicas de manipulación de moléculas individuales nos permite explorar estos mecanismos”.
Nada de lo anterior ha sido sencillo, especialmente por el efecto que ha tenido la pandemia sobre las actividades de investigación científica. Andrés relata que “estuve completamente paralizado durante 2020, que era el primer año (de tres) del proyecto de Postdoctorado. Así, perdí un año para la obtención de los resultados necesarios para completar los objetivos del proyecto. Además, las importaciones de los diferentes productos se encarecieron y los tiempos de espera se hicieron mucho más largos. Eso ha hecho que alcanzar los objetivos del proyecto se haya hecho más difícil”. Al respecto agrega que las opciones ofrecidas por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) -por ejemplo, extender la última etapa del proyecto por hasta 12 meses sin financiamiento adicional- “son insuficientes”.
No sólo la comprensión de la estructura de las proteínas ha sido preocupación de este joven investigador. También, aprovechando sus visitas a su natal Iquique, ha dictado charlas motivacionales para estudiantes de enseñanza media las que ha destacado que “cuando uno ama lo que hace no hay límites para alcanzar las metas que te propones”. Cuando se le pregunta qué recomienda a los estudiantes de enseñanza media interesados en la Bioquímica su respuesta es clara “le recomendaría conocer mejor el mundo académico, para que elija la carrera científica conociendo la realidad de ésta. Le diría que a pesar de las dificultades y el poco financiamiento que existe, aportar al desarrollo generando conocimiento científico y trabajar a la vanguardia de lo conocido es una experiencia gratificante. Pero, sobre todo, le recomendaría que ame lo que haga, porque hacer ciencia requiere constancia, estudio y pasión”.
En otro orden de cosas, la mirada del Dr. Andrés Bustamante respecto de la actividad científica, y la institucionalidad de esta, en nuestro país es crítica. En su opinión, el nivel de la actividad científica en Chile es altísimo, pero que es mantenido sólo por la pasión de aquellos que realizan el quehacer científico. Añade “Las condiciones laborales son precarias considerando el alto nivel de preparación de quienes trabajan en ciencia. Me gustaría que la carrera científica fuera considerada de forma más seria tanto por el gremio como por la institucionalidad. Menos como una actividad romantizada (que es la visión que prima hoy) y más como un trabajo formal que tiene sus exigencias y también debe tener su adecuada recompensa y derechos laborales”. En su opinión, “No hay un sistema que promueva la colaboración y la regularización del trabajo científico”. En ese contexto indica que “veo con recelo que la implementación de un Ministerio de Ciencia no haya sido más que un cambio de nombre para la misma institucionalidad”.
Finalmente, cuando se le pregunta por cual considera que es el aporte que los científicos pueden hacer a la sociedad en la que están insertos su respuesta es clara “creo que el conocimiento es poder, la labor de quienes hacemos ciencia es generar nuevos conocimientos para aumentar nuestro entendimiento de la naturaleza, pero también que nos permita manipularla a nuestro beneficio. El conocimiento científico es la herramienta más poderosa de la humanidad, y nuestra labor es acercarla a las personas. Creo que lo más valioso que los científicos pueden entregar es educación, la enseñanza de pensamiento crítico que permita a las personas distinguir entre buenas y malas fuentes de información, tomar decisiones basadas en evidencia y generar crítica constructiva. Me gustaría entregarle eso a la ciudadanía, herramientas que le permitan evitar el engaño y la charlatanería. Esto se hace especialmente importante en los tiempos de pandemia, donde la desinformación ha causado mucho daño generando dudas y confusión sobre la vacunación, por ejemplo”.