Señor director:
Casi por un asunto de lástima, cuesta venir a exigirle algo más al Gobierno por estos días. La situación económica está complicada y demandar recursos (bonos, reajustes, etc.) parece haberse convertido en la danza nacional. Sin embargo, cuando se trata de invertir audazmente en ciencia estamos hablando de apostar a un país que busca trascender y brindar a esta generación y a las futuras la posibilidad de crecer gracias a la economía del conocimiento.
Chile tiene el capital humano para hacerlo, pero faltan los recursos. La inversión en ciencia no compra votos ni ayuda a subir puntos en las encuestas, claro está; pero da las bases para un cambio real. El Estado, con una mentalidad ultraconservadora, ha sido incapaz de entender este mensaje que por décadas vienen repitiendo diversos actores del quehacer científico nacional e internacional. La actual situación de Conicyt (que esperemos mejore con la llegada del Dr. Bernabé Santelices) y el triste presupuesto de Fondecyt no hacen más que graficar la desidia que exhiben nuestras autoridades para con el desarrollo científico del país. No se trata de conferirle propiedades mesiánicas a la ciencia y al conocimiento, pero los hechos hablan por sí solos: basta con mirar a los países que han tenido como política continua el propiciar dichas actividades y cuantificar su desarrollo económico y social.
En Chile, la inversión en el conocimiento debe ir más allá de las pobres clasificaciones de derecha e izquierda. En realidad se trata de ir hacia adelante o hacia atrás, y tristemente nuestro país ha elegido de forma consciente la opción atrás. “Please, Press Forward” y construyamos las bases de una mejor economía con valor agregado hecho en casa. ¿Se animará algún político a jugársela por la ciencia? Chile ya no puede seguir esperando.
Luis F. Larrondo
Director del Millennium Nucleus for Fungal Integrative and Synthetic Biology. Académico PUC