Heridas de animales diabéticos tratadas en una cámara hiperbárica experimental a escala, sobre las cuales se aplicó un parche con células madre, lograron una exitosa y rápida reparación. Embriones de pollo colocados bajo este mismo tratamiento, aumentaron la formación de vasos sanguíneos durante el desarrollo, y células troncales del intestino animal potenciaron su proliferación bajo la terapia hiperbárica (HBOT). Todos estos resultados son parte de un estudio liderado por la Dra. Verónica Palma de la Facultad de Ciencias. ¿El próximo paso de esta investigación? El ensayo clínico en pacientes diabéticos.
Desde 2014 que un equipo de científicos de la Facultad de Ciencias trabaja haciendo investigación en una mini cámara hiperbárica, única en el país y construida especialmente por la empresa Osorio Hnos. –la misma maestranza que donó la cámara hiperbárica que tiene la U. de Chile en el Campus Sur de la Facultad de Medicina–, para el estudio del impacto de HBOT en la conducta de las células madre o troncales.
“Las cámaras hiperbáricas se conocen hace muchos años ya, desde el siglo pasado se usaban. Curiosamente hay todo tipo de protocolos a nivel médico de cuánto debe durar una sesión, de cómo se debe presurizar, si la persona tiene que tener parte de su cuerpo en la cámara o estar inhalando oxígeno a través de una mascarilla, hay de todo. De hecho, se venden también por internet y se supone que Michael Jackson se acostaba en una y se mantenía joven, pero hay mucho resultado especulativo. Básicamente no hay suficiente evidencia científica que respalde que el uso prolongado de oxígeno hiperbárico impacte realmente a nivel celular, molecular y metabólico en el ser humano”, explica la doctora Palma, académica del Departamento de Biología y directora del Laboratorio de Células Troncales y Biología del Desarrollo.
Haciéndose cargo de esta carencia, es que el equipo de este laboratorio de la Facultad de Ciencias, comenzó la investigación a través de diversos experimentos y hoy están próximos a publicar un estudio que promete impactar a nivel nacional e internacional en este ámbito, que contó el aporte de diversas instituciones públicas y privadas, e incluyó la realización de un proyecto FONDEF codirigido por la Dra. Palma y Dr. Nelson Navarrete de la Facultad de Medicina. Además fue fundamental el apoyo de la tecnóloga médica Gabriela Múñoz, quien es parte del equipo encargado de la cámara hiperbárica que ya atiende pacientes en el Campus Sur de la Facultad de Medicina vinculado al Hospital Barros Lucos.
Sobre el trabajo
En el tercer piso del Edificio Milenio de la Facultad de Ciencias está la pequeña cámara hiperbárica en la cual trabajan actualmente Verónica Palma, el asistente de investigación Pablo Lois, el postdoctorante, Isaac Peña, y el estudiante de magíster, Ignacio Casanova. En un par de semanas tendrán listo el paper que resume las evidencias recogidas a lo largo de esta investigación que incluye además resultados generados por la Dra. Catalina Prieto y la magister Carolina Pizarro, evidencias que apuntan a demostrar exitosos resultados en células madre sometidas a terapias de oxígeno hiperbárico.
Sometiendo embriones de pollo al tratamiento HBOT, el equipo llegó la conclusión que se forman más vasos sanguíneos en éstos, logrando no solo mayor protección para el embrión, sino también asegurando su nutrición, respiración y excreción. Un siguiente paso de la investigación se centró en analizar la conducta de las células troncales intestinales de ratones, dando cuenta de otro notable resultado.
“Lo que hemos visto es que cuando uno trata ratones adultos con oxígeno hiperbárico, hay un cambio en la conducta proliferativa de estas células troncales somáticas, ubicadas en las criptas intestinales. Las células se sincronizan y proliferan como grupo, lo cual es muy favorable pensando en términos de mejorar y potenciar el metabolismo intestinal”, señaló Palma, advirtiendo que “vamos a proveer la primera evidencia a nivel mundial de que hay un cambio en la conducta de las células troncales intestinales de los animales, sometidos a esta terapia”.
De ser posteriormente corroborado este resultado en humanos, el tratamiento con oxígeno hiperbárico podría usarse en enfermedades crónicas que afectan el intestino, como la enfermedad de Crohn, que actualmente es incurable, ayudando a reducir el dolor y la calidad de vida del paciente. O también, podría ser efectiva antes de una lesión que pueda producirse, por ejemplo, por una operación, pensando en mejorar la vida del paciente.
Otro tratamiento probado en la cámara por el equipo de científicos se focalizó en la reparación de lesiones. “Emulando la situación de una corte profundo, a una herida de ratón le pusimos un parche con células troncales, en este caso, humanas aisladas del cordón umbilical. Por trabajos previos teníamos publicado que cuando uno trata con estas células troncales se cierra la herida más rápido. Entonces la pregunta ahora fue, ¿podemos potenciar aún más ese efecto benéfico, si al animal con el parche con células troncales lo metemos a la cámara experimental? La respuesta fue que sí”.
El último experimento con el que se cierra el paper, fue aún más allá: en ratones diabéticos trataron sus heridas con parches con células troncales y los sometieron a tratamiento con oxígeno hiperbárico. El resultado volvió a ser un éxito, las heridas crónicas, cerraron. Los investigadores desde ya estiman que esta investigación puede cambiar la mirada que desde el mundo médico –reticente a la medicina hiperbárica por falta de pruebas científicas– se tiene ante estos tratamientos.
“El mensaje es que el oxígeno hiperbárico potencia el efecto terapeútico de las células troncales, lo cual podría tener una serie de implicancias no solo en el momento inmediato para la reparación sino también en el futuro a nivel de medicina preventiva”, concluye la doctora Palma, quien luego de esta entrega comenzará la postulación de un nuevo proyecto, de alto vuelo, que junto a la Facultad de Medicina, permita los primeros ensayos clínicos en pacientes.