Sin duda el fomento económico para la investigación científica es un factor fundamental a la hora de entender cómo el conocimiento aplicado y la experimentación construyen mecanismos de avances y soluciones para los problemas que aquejan a la sociedad.
Recientemente, tres científicos chilenos fueron receptores de un fondo de proporciones mediado por instituciones de prestigio mundial. Uno de ellos, fue la Dra. Fabiola Osorio, quien es Investigadora del Programa de Inmunología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile. La Doctora Osorio es ingeniera en Biotecnología Molecular (Universidad de Chile) y Doctora en inmunología y patología molecular (University College London, UCL).
Al momento de la adjudicación, la profesional de la ciencia, estaba en Chile y esta noticia vino a coronar positivamente el resultado de una exigente postulación. Ella junto con su equipo, tuvieron que escribir una propuesta resumida en junio del 2016 y en diciembre del mismo año, les avisaron que habían quedado dentro de los 75 primeros seleccionados (de un universo inicial de 1500 postulantes). Posteriormente, fueron llamados a Londres (Inglaterra) para que presentasen su proyecto en un formato de tres minutos, lo que al principio se les tornó dificultoso, ya que era un corto tiempo para exponer un proyecto atractivo y de alta calidad. “Era muy preciso, muy corto y teníamos solo una oportunidad para hacerlo”, señaló Fabiola Osorio.
¿De qué se trata el financiamiento que obtuvo?
Este es un financiamiento internacional que se da cada seis años, por lo que es bastante poco habitual tener la posibilidad de postular a este tipo de concursos.
Fundamentalmente, son cuatro grandes instituciones las que están tras esta iniciativa, estas son la Howard Hughes Medical Institute (EE.UU), Bill and Melinda Gates Foundation (EE.UU), The Welcome Trust (Inglaterra) y el Instituto de Salud Gulbenkian (Portugal).
Estos centros hicieron un llamado a investigadores jóvenes con menos de 6 años ejerciendo como investigador principal, para potenciarlos al comienzo de sus carreras y así comenzar de la mejor forma y con excelentes condiciones el principio de sus investigaciones.
¿A qué monto asciende este auspicio y qué ámbitos son los que hay que cubrir a grandes rasgos?
Son 650.000 dólares que se distribuyen en 5 entregas. Este monto está enfocado en el equipamiento de un laboratorio de primer nivel, contratar personal altamente calificado, establecer colaboraciones internacionales y hacer investigación de excelencia.
¿Cuáles fueron los requisitos que se les solicitó a los investigadores que postularon?
Se requerían investigadores que hubiesen sido formados en Estados Unidos o Inglaterra en sus estudios doctorales y/o postdoctorales. Sin embargo no tenían que estar trabajando en países miembros del G8, ese fue el principal criterio.
Al comienzo fueron 1500 postulantes y de ese universo inicial, quedamos 40. Finalmente fuimos 3 chilenos escogidos, lo cual es un número altamente representativo para el país.
¿Cree que este es un incentivo para investigadores jóvenes que están recién comenzando sus líneas de investigación?
Sin duda, ya que en el fondo, desde el extranjero están viendo nuestras líneas de investigación como trabajos altamente competitivos, y eso es fundamental. El mundo sabe que en Chile tenemos investigación de calidad. En ese sentido, somos un foco de esperanza para los investigadores emergentes nacionales. Además de ello, estoy orgullosa de ser una representante de las mujeres Chilenas en ciencia, y espero que esto también sirva para abrir aún más las puertas de la igualdad de género en la disciplina científica.
¿Cuál es su línea de investigación?
Trabajamos en entender la regulación de la respuesta inmune, enfocados en el papel estrés celular como una nueva señal de alerta inmunológica. Queremos entender cómo la inmunidad es regulada en respuesta a señales de estrés celular que emergen como consecuencia de agresiones tales como infecciones o tumores.
Se sabe que el estrés celular es capaz de alertar a la respuesta inmune de la presencia de un patógeno o de un tumor, sin embargo, se desconocen los mecanismos celulares y moleculares por los cuales esto ocurre, y por lo tanto, es un campo de intensa investigación a nivel mundial.
Pensamos que es fundamental comprender los mecanismos básicos que permiten explicar la relevancia del estrés celular en la coordinación de la respuesta inmune. En una primera impresión, nuestros datos experimentales indican que el estrés celular constituye una nueva señal, no antes descrita, de activación de la respuesta inmune, la cual es necesaria para alertar a diversos tipos celulares de la presencia de algún agresor.
¿Cuál es la postura frente a esta investigación?
Creemos que estas señales de estrés son necesarias para que la respuesta inmunológica se active. Cuando esto no sucede, un patógeno puede subyugar a la respuesta inmune y ser aún más perjudicial, por lo que bajo este escenario, el estrés celular emerge como un mecanismo necesario para combatir agresiones de diversa índole.
Tenemos tres grandes líneas de investigación, la primera es entender el papel del estrés celular en respuesta a infecciones con diferentes patógenos (vamos a testear estos modelos). La segunda es entender el papel del estrés celular en la coordinación de la respuesta inmunológica antitumoral, para ver si podemos contribuir –potencialmente– al desarrollo de una inmunoterapia. Por último vamos a traducir nuestros estudios en estrés celular a células inmunes humanas, las cuales son fundamentales para validar nuestro conocimiento y poder conectar ciencia básica con aspectos traslacionales que permitan acercarnos al diseño de terapias para patologías inflamatorias en humanos.
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Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®
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