Con el avance de las ciencias y tecnología, el uso de las herramientas genéticas se ha convertido hoy en día en una oportunidad de negocio. Y es que un kit básico de ADN tiene un valor hoy cercano a unos 130 mil pesos, lo que facilita el uso de la información genética para múltiples fines. Por ejemplo, la empresa Vinome propone ofrecer un vino específico para el sentido de cada persona, describiendo el gusto y el olfato en términos de genes (existen 400 genes que codifican para las células de la lengua y nariz), permitiendo establecer qué vino es el que mejor te va a gustar.
Hemos visto sólo la punta del iceberg de los genes, asegura el Dr. Ricardo Verdugo, académico del programa Genética del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Universidad de Chile. La ciencia hoy sólo es capaz de observar un determinado tipo de genes, con una acotada variabilidad genética, pero pueden haber muchos más.
No obstante, para el investigador del ICBM, estos test genéticos se encuentran en una etapa muy inicial, pues todavía falta la evidencia empírica que demuestre la utilidad real de ellos.