En una nueva versión de este evento, fueron más de 300 los niños y jóvenes que pudieron informarse y participar en proyectos científicos, a cargo de investigadores y estudiantes de la Universidad de Chile que se encuentran con la comunidad en el espacio público.
Dieciocho fueron los stands que se apostaron en la Plaza Ñuñoa este miércoles 14 de junio, hasta donde llegaron más de 300 niños de cuatro establecimientos de la Región Metropolitana, entre estos, la Escuela República de Costa Rica de la comuna que alojó la actividad, y el Colegio Lo Boza Dra. Rosalba Lagos Mónaco de la comuna de Renca.
Allí pudieron disfrutar y ser parte de diferentes experimentos y explicaciones científicas por parte de estudiantes de pre y postgrado, además de académicos de la Facultad de Ciencias, unidad que ha organizado ya tres eventos de este tipo: uno en la Plaza de la Constitución, otro en la Plaza de Renca y este en Ñuñoa.
La directora de Extensión de la Facultad de Ciencias, Hortensia Morales, explicó que esta iniciativa en el espacio público se enmarca en un proyecto que la Facultad de Ciencias tiene hace tres años, denominada “El Científico va a la calle”. “La idea es poder vincularnos con la comunidad y poder llevarles las investigaciones científicas”, dijo la académica.
A pesar del frío de la jornada, estudiantes y profesores valoraron la experiencia. “Son muy buenas estas instancias que acercan temáticas tan importantes de las ciencias a los niños”, señaló Roberto Leighton, profesor de tercero básico del Colegio República de Costa Rica.
En tanto, desde el mismo establecimiento, los estudiantes de cuarto año básico destacaron los aprendizajes obtenidos en la jornada. “Me parecieron muy interesantes todos los proyectos, todos juntos en un solo lugar. Aprendimos mucho de los experimentos”, dijo Sebastián Chamorro, mientras que para Antonella Martin fue sorprendente poder ver “cosas que no conocíamos como las bacterias a través de un microscopio”.
Finalmente, Kevin Meza estudiante de la Facultad y organizador de la actividad, reflexionó respectó a “por qué un científico tiene que pasar toda su vida en el laboratorio o en una oficina, si puede todo el conocimiento exteriorizarlo a la gente”.