Los científicos Andrew Quest y Felipe Oyarzún descubrieron que pueden matar células tumorales de humanos In Vitro.
Mito: los productos hechos sobre la base de curcumina (molécula proveniente de la cúrcuma) tienen propiedades que previenen enfermedades, entre ellas, el cáncer.
Realidad: la curcumina es una molécula tan compleja, que de partida no se disuelve en agua y es extremadamente frágil. Tanto así, dice Felipe Oyarzún, académico del Departamento de Ciencias y Tecnología Farmacéutica de la U. de Chile, que puede morir con el exceso de luz e incluso con el oxígeno.
“Uno la ingiere y entra muy poco al cuerpo. Digamos que le da una cierta protección al intestino, pero si se consume de esa manera no sirve como un tratamiento y menos para el cáncer”, agrega Andrew Quest, quien es académico de la Facultad de Medicina de la misma casa de estudios.
Hace 18 años Quest llegó desde Suiza para establecer una nueva línea de investigación. Quería responder por qué se desarrolla el cáncer para así crear una terapia, al menos para modelos animales. Y lo logró. Eso sí a los 16 años de haberse establecido en Santiago.
Quest y Oyarzún, ambos investigadores del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, crearon una nanoemulsión basada en la curcumina, una formulación que contiene partículas muy pequeñas y que parece leche de vainilla. “De esta manera pueden llegar a todos los callejones del cuerpo y hay mayor contacto con los tejidos. Lo que hace la curcumina es interactuar con las células y matarlas”, explica Oyarzún.
¿Y cómo se aplica? “El tumor del modelo animal (melanoma) se deja crecer y después se lo extirpamos. Posteriormente aplicamos la nanoemulsión en el tejido justo antes de cerrar la herida”, detalla Quest. Agrega que el resultado fue que no hubo reincidencia de tumor y tampoco metástasis.
Los científicos tuvieron tan buenos resultados que se aventuraron a probar la misma nanoemulsión en células tumorales de humanos, esta vez derivadas de los cánceres de mamas, colon y vesícula. Fue con técnica In Vitro.
¿Cómo les fue? “Medimos la viabilidad y muerte celular. Las células malas murieron y las normales sobrevivieron”, celebra Quest.
La inscripción
“Lo que vamos a hacer a fin de año es solicitar la patente para inscribir el modo específico en que se aplica la nanoemulsión; la composición ya está patentada”, asegura Oyarzún.
Juan Pablo García Huidobro, doctor en Farmacología de la Universidad de California San Francisco e investigador del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología de la Usach, dice que “las nanopartículas son una nueva modalidad para administrar medicamentos y han tenido mucho éxito en tratamientos antitumorales. Permiten la liberación sostenida y lenta del medicamento, por lo cual el tiempo que está en el cuerpo se prolonga”.
Alejandro Corvalán, académico de la Facultad de Medicina de la PUC e investigador del Centro de Investigación Oncológica, agrega: “Oyarzún y Quest tienen un estudio preclínico. Creo que el estudio clínico a diseñar es definir el uso clínico, que estaría asociado a las recidivas (reapariciones) locales de los tumores”.