Si una repartición pública cortara de cuajo los sueldos a casi mil de sus trabajadores la noticia figuraría en primera plana. ¿Qué pasa, entonces, en el caso de quienes se dedican a la investigación? Es lamentable que el Estado de Chile les dé la espalda, especialmente en momentos en que la ciudadanía ha vivido en carne propia cómo el conocimiento puede salvar vidas.