El estudio liderado por el Dr. David Glanzman, investigador del Brain Research Institue de la UCLA, consistió en extraer ARN de caracoles marinos (Aplysia califórnica), los cuales previamente fueron estimulados con descargas eléctricas que generaban respuestas observables, y los inyectaron en caracoles que no habían recibido el estímulo. Glanzman encontró que los caracoles inyectados con el ARN presentaban la misma respuesta que aquellos caracoles estimulados con descargas eléctricas, pero que tan sólo eran estimulados con un toque suave. Por el contrario, los controles que fueron inyectados con ARN de caracoles que no recibieron descargas eléctricas no mostraron respuestas frente al estímulo de tacto. Esto indicaría que se logró transferir memoria entre los caracoles.