¿Un científico? ¿Un político? Investigadores y parlamentarios debaten sobre el perfil del nuevo ministro de Ciencia, cartera que está muy cerca de ser aprobada en el Congreso.
Contar con un Ministerio de Ciencia es un anhelo por el que han trabajado por años científicos, parlamentarios, investigadores, academia, universidades y sociedades científicas.
Hoy, el ministerio está más cerca de ver la luz. Este martes, el gobierno ingresó suma urgencia al actual proyecto y ayer se discutió en segundo trámite constitucional en la Comisión de Ciencias y Tecnología de la Cámara de Diputados. Tal como se planteó al inicio de la sesión, el objetivo es que se apruebe antes del 11 de marzo, aunque no todos sus miembros estuvieron de acuerdo.
Más allá de si sale en este gobierno o en el nuevo, existe preocupación por quién será la persona que ocupe el cargo y encabece el desarrollo científico y la innovación del país. ¿Qué atributos debe tener este ministro o ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación?
Según Cecilia Hidalgo, vicepresidenta de la Academia Chilena de Ciencia y la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Ciencias Naturales (2006), este ministro debe estar convencido de la necesidad de aumentar los recursos para la investigación en ciencias, tecnología e innovación. “No avanzaremos si no invertimos en conocimiento y seguiremos siempre como un país en vías de desarrollo”, dice. Agrega que el que asuma el cargo debe tener capacidad para transmitir esta convicción de más recursos al gobierno, a quienes toman las decisiones. Sin querer adelantar nombres, dice que personas para el cargo hay.
Ramón Latorre, director del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la U. de Valparaíso y premio nacional de Ciencias Naturales (2002), señala que la nueva autoridad debe venir del mundo científico. “Debe ser capaz de ver todas las ciencias, su relación con el arte, las humanidades. Hoy, en el mundo, se trabaja con una visión de transdisciplinariedad, que entienda que es la innovación y, sobre todo, que conozca el mundo político y que se maneje bien en él, que es donde los científicos flaqueamos”, reconoce.
Para el director del Instituto de Neurociencia Biomédica de la U. de Chile, Claudio Hetz, el próximo ministro tiene que ser un científico destacado, que haya participado de la discusión, que entienda de innovación, negocios y con conexiones políticas. “El problema hoy es entender nuestra realidad y necesidad, pero comunicarla al mundo político y económico. Yo pensaría en alguien como Pablo Valenzuela, pero que sea más político. Un científico con visión de país, que nos represente. No queremos que Conicyt sea ministerio. Necesitamos a alguien propositivo que represente la voz de los científicos”, indica Hetz. Junto con la autoridad que estará a la cabeza de esta institución, Hetz destaca que también son relevantes las personas que serán parte del equipo asesor, con científicos de renombre que recojan todas las voces de la ciencia, desde el mundo académico, Corfo, sociedades científicas, universidades, entre otros.
El senador Guido Girardi plantea que se requiere una persona capaz de manejar tres ámbitos: academia, ciencia e innovación. “Alguien que entienda que no todo es mercado. El Estado debe establecer prioridades para que con los recursos que tiene el país, Chile se convierta en una potencia mundial y que, al mismo tiempo, sea capaz de fortalecer la institucionalidad, la ciencia básica y que ésta esté también al servicio de los innovadores. Puede ser un científico que sepa de política. No es un cargo para la ciencia, sino para el desarrollo del país”, comenta.
Más recursos
Entre los científicos, al menos dos nombres surgen en pasillos: Mario Hamuy y Alexis Kalergis.
Este último, académico de la U. Católica y director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (Imii), dice que contar con un ministerio “es una necesidad importante que nos permitirá dar un salto para pasar de ser un país que invierte poco en el conocimiento, con un 0,3 o 0,4% del PIB, para llegar a un 1%, esperamos, durante el próximo gobierno”. Sobre si estaría dispuesto a ser ministro en la próxima administración, dice que sí. “Creo que a todos los científicos nos interesaría apoyar el crecimiento científico del país. La ciencia es bastante transversal. El fortalecimiento de la institucionalidad vía un ministerio está posicionado en diferentes sectores políticos”.
Desde el Parlamento, el senador Francisco Chahuán también cree que junto con la nueva institucionalidad es necesario aumentar el porcentaje del PIB que se invierte. Según él, el actual presidente del consejo de Conicyt, Mario Hamuy, tiene todas las competencias para ser el primer ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación. “Tiene capacidad técnica, ha estado durante todo el proceso legislativo, tiene, además, la fuerza para pedir los recursos adicionales -en caso de ser necesario- a la nueva administración, y genera un amplio consenso”, dice el parlamentario.
En opinión del presidente de la Comisión de Ciencias y Tecnología, diputado Alberto Robles, hay consenso entre los parlamentario, por lo que cree se puede aprobar este mes. Ayer se acordó discutir nuevamente la próxima semana e invitar a algunos actores relevantes. Si no existen modificaciones y esta comisión lo aprueba, el proyecto pasa luego a la Comisión de Hacienda. Si tampoco hay cambios, el proyecto podría quedar listo en las próximas semanas. Si se realizan modificaciones debe volver al Senado para evaluarlos y convertirse en ley si son aprobados. Si esto último no ocurre, se crea una comisión mixta para discutirlo nuevamente. “Creo que es una obligación de país contar con un Ministerio de Ciencia. Si la ciencia no se visibiliza, el país no crecerá”, dice Robles.