Por Eduardo Kessi C.
Víctor Giovanni Antonio Pola Véliz es bioquímico antes de estudiar Bioquímica. Sus estudios de pregrado los hizo en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, donde también obtuvo su grado de Magister en Bioquímica. Actualmente es candidato a doctor del Programa Doctorado en Biociencias Moleculares de la Universidad Andrés Bello. Además, hizo una estadía como estudiante de Magister, con una beca de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile, Magister, bajo la tutela del Dr. Michael J. Hyman en la Stony Brook University en Nueva York.
Durante sus estudios de pregrado se hizo tiempo para presidir el Centro Deportivo de los Estudiantes que ayudó a crear, de lo cual se declara “muy contento”. Además, en ese mismo tiempo su afición por la música lo llevó a formar una banda principalmente influida por el rock de los 60’s-70’s, en la cual tocaba la guitarra líder.
De ideas muy claras, este joven bioquímico, nacido en Linares, es el mayor de cuatro hermanos. Reconoce orígenes italianos y es nieto del profesor normalista Víctor Pola Garrido. Estudió en el Instituto de Linares, institución en la cual uno de sus profesores incentivó su interés por la ciencia, en particular la Química y la Biología haciéndole participar de “olimpiadas” y permitiéndole conectarse a esa corta edad con investigadores de la Universidad de Talca lo que le ayudó a definir tempranamente su vocación.
Según relata Víctor, “desde mi pregrado me propuse trabajar en la academia, porque considero que tiene algo muy bonito y es que logra combinar perfectamente dos de mis grandes pasiones: la docencia y la actividad científica. Rápidamente me titulé en la Universidad de Chile, avancé al grado de Magíster en la misma casa de estudios y actualmente desarrollo mi proyecto de tesis doctoral en la Universidad Andrés Bello, y en esta trayectoria sólo he reforzado mi pensamiento, la academia no puede concebir la formación de científicos que no logren transmitir y aterrizar la ciencia a la sociedad. Considero la actividad científica como un pilar fundamental en mi vida, es un camino fascinante de aprendizaje constante. He tenido la suerte de interactuar desde temprana edad con científicos de todas las edades y nutrirme de sus experiencias. Si bien todos coinciden que esta vida pasa por muchos momentos de incertidumbre y de lucha contra la frustración, veo estas experiencias como un desafío de perseverancia y de crecimiento personal”.
Cuando se le pregunta por quienes han influido en su formación como futuro científico hasta ahora su respuesta es muy precisa. “Dos investigadores han sido fundamentales en mi proceso formativo. La Dra. Katherine Marcelain de la Universidad de Chile fue mi mentora por años. Con ella desarrollé todas las competencias científicas que me permitieron sortear con éxito varias etapas de mi temprana vida académica, participando activamente en la planificación y ejecución de experimentos, discusión y redacción de resultados científicos. La Dra. Marcelain es una excelente persona, siempre me animó a perseverar en la ciencia pese a las dificultades que a veces ocurren en el camino, y creo que la experiencia que obtuve trabajando a su lado es la responsable de estar mi posición actual como candidato a doctor. Mi segundo mentor es el Dr. Martín Montecino de la Universidad André Bello, con quién me encuentro en un aprendizaje constante. El Dr. Montecino es un científico increíble y a su lado he encontrado una sólida base conceptual en Biología Molecular y Celular. Tengo completa tranquilidad que bajo su mentoría concluiré de forma exitosa mi proyecto doctoral, pero más importante aún, podré desarrollar las aptitudes necesarias para desenvolverme en un futuro como científico de este país.
En su breve trayectoria, Víctor ha incursionado en el estudio epigenético de diversos procesos moleculares que tienen proyección biomédica. “Creo en la epigenética como un nicho interesante con un enorme potencial para comprender el control de la expresión de genes (o redes de genes) funcionalmente relacionados. Esta área de investigación la he aplicado a la biología del cáncer, analizando el impacto de la presencia de algunas modificaciones post-traduccionales de histonas sobre la inestabilidad genómica (que se relaciona fuertemente con la progresión tumoral y, consecuentemente, con un mal pronóstico). Actualmente, estudio la participación de reguladores epigenéticos sobre el control de la expresión de genes de neuro plasticidad, que son claves para la formación y almacenamiento de la memoria en el hipocampo, y cuya alteración puede conducir a discapacidades intelectuales”.
Un campo desafiante, atractivo e importante por sus consecuencias es el que ha elegido Víctor para lo que el considera su contribución. En sus palabras “Bajo la tutela de la Dra. Brigitte van Zundert y del Dr. Martín Montecino, con quienes trabajo actualmente, hemos enfocado nuestra atención en los mecanismos epigenéticos que modifican la expresión de genes de neuroplasticidad durante un evento de aprendizaje al miedo contextual. Existe una fascinante pregunta sin resolver que es como un estímulo ambiental (alguna experiencia sensorial, por ej.) de corta duración induce una memoria consolidada que puede permanecer durante toda la vida. Los mecanismos epigenéticos, donde se incluyen las modificaciones post-traduccionales de las histonas, surgen como uno de los mecanismos por excelencia que logran integrar estímulos ambientales y traducirlos en cambios estables de la expresión génica, pudiendo ser importantes reguladores del proceso de la memoria.
Respecto de una posible incorporación a nuestra Sociedad indica “Soy Bioquímico y mi propósito será siempre fomentar la investigación y la enseñanza de las áreas de la Bioquímica y la Biología Molecular en beneficio del desarrollo de nuestro país. Pese a mi corta trayectoria científica, creo que mi labor está alineada completamente con los principios de esta Sociedad. Por otra parte, pienso que relacionarme con los miembros de la SBBM potenciará mis redes de contacto, acercándome a entidades nacionales e internacionales que desarrollan actividades similares.
Basado en su propia experiencia de vida, su opinión acerca del presente de la actividad científica en nuestro país es clara. “Considero que es imperativo para los científicos guiar el traspaso de tecnologías y conocimiento desde la academia e institutos de investigación hacia el sector productivo y las comunidades, provocando las transformaciones necesarias que permitan un desarrollo social íntegro impulsando el progreso y bienestar del país. Chile no puede concebir la idea de ser un país desarrollado, sin contar con la presencia de capital humano avanzado altamente calificado que trabaje en función de las necesidades y de la nación. Lamentablemente, hoy la ciencia y la investigación ocupan un lugar secundario en las prioridades nacionales, reflejo claro es el escaso financiamiento y la falta de una política e institucionalidad clara. Nuestro país debe avanzar en educar a la población y promover la valoración Científica y Tecnológica en jóvenes y niños de edad escolar, utilizando herramientas pedagógicas que permitan un aprendizaje significativo. Además, estoy consciente que la generación de capital humano avanzado en nuestro país necesita abrirse a la descentralización. Creo que para revertir los indicadores educacionales y de desarrollo que actualmente existen en las regiones de nuestro país, Chile deberá potenciar el acceso de las actividades científicas y tecnológicas en las actuales y futuras academias regionales”.